El ginecólogo sigue estando asociado a un gran tabú en muchos círculos, lo que significa que a menudo desconocemos la amplitud de sus competencias y las afecciones por las que podemos acudir a él. La ginecología es un campo extremadamente importante en la vida de toda mujer, lo que significa que cuanto más sepamos sobre ella, mejor. ¿Cómo es una visita al ginecólogo y qué hace realmente?
Índice
¿Quién es el ginecólogo?
Un ginecólogo es un especialista en ginecología, que es la rama de la medicina que se ocupa del tratamiento y la prevención del aparato genital femenino. Conviene disipar el mito común de que sólo se ocupa de las mujeres adultas antes o durante la menopausia. El ginecólogo también se ocupa de los niños y de las personas mayores; no hay diferenciación por edad, aunque cada ginecólogo tiene su propia especialización.
Además, conviene saber que el ginecólogo también tiene amplios conocimientos de obstetricia, lo que le convierte en la persona que a menudo acoge los partos, además de asesorar sobre temas perinatales, cuando siempre abundan las preguntas.
Como ya sabemos a qué se dedica un ginecólogo, merece la pena profundizar en qué exploraciones realiza.
¿Qué tipo de exámenes realiza un ginecólogo?
Su abanico de competencias es bastante amplio, por lo que merece la pena averiguar qué hace exactamente un ginecólogo. El examen más básico es la introducción de un espéculo en la vagina para visualizar el disco y el cuello uterino. Esto ayuda a la inspección visual inicial, así como a la recogida de material para citología. Ocasionalmente, también será necesaria una ecografía transvaginal para comprobar más de cerca el estado de los órganos y, posiblemente, detectar anomalías.
¿Qué hace el ginecólogo?
A menudo las pacientes se preguntan cómo es una visita al ginecólogo. Casi siempre se realiza el primero de los exámenes, pero sin duda serán necesarias las preguntas del ginecólogo, que suelen referirse a la fecha de la última menstruación, su regularidad, la abundancia del sangrado, posibles dolores y otros síntomas preocupantes. De este modo, el ginecólogo podrá determinar la causa del problema, lo que ayudará a aplicar el tratamiento con mayor rapidez.
También conviene saber qué análisis de sangre pide el ginecólogo. Una morfología pura se enriquecerá en este caso con la determinación del nivel de hormonas sexuales, para que el ginecólogo sepa exactamente qué medicamentos puede utilizar.
¿Con qué síntomas merece la pena ir al ginecólogo?
Por supuesto, los síntomas pueden variar de una persona a otra, por lo que no hay que subestimar ninguna molestia o cambio. Sin embargo, merece la pena echar un vistazo a las molestias más comunes que pueden indicar anomalías del aparato genital.
Debemos prestar especial atención a estos síntomas
- dolor abdominal bajo,
- menstruaciones excesivamente dolorosas,
- flujo,
- picor y ardor vaginal,
- dolor perianal,
- sequedad vaginal,
- períodos irregulares,
- pérdida excesiva de sangre durante la menstruación,
- problemas para quedarse embarazada, así como síntomas de embarazo.
¿Qué hace el ginecólogo?
Conociendo ya los síntomas preocupantes, conviene saber qué hace el ginecólogo cuando se percata de ellos. Después de ordenar exámenes, las enfermedades más comunes que trata el ginecólogo son:
- infecciones vaginales,
- pólipos uterinos,
- erosiones del cuello uterino,
- hiperplasia de la mucosa,
- infertilidad,
- deficiencia hormonal causada por la menopausia.
Como puede ver, las afecciones pueden ser muy diferentes entre sí, por lo que es importante no negar ni ignorar ningún síntoma preocupante.
¿Qué más conviene saber sobre el ginecólogo?
Muchas mujeres se preguntan si el ginecólogo puede dar el alta. Todavía existe la extraña idea de que el ginecólogo es un especialista tan específico que a menudo se olvida que es simplemente un médico que, por supuesto, puede y debe dar el alta si es necesario para la convalecencia.
También es útil saber cómo se tratan más a menudo las enfermedades del aparato genital. El síndrome de ovario poliquístico, los pequeños quistes, la infertilidad y los síntomas relacionados con la menopausia se tratan con píldoras vaginales, que son mucho menos invasivas que la perspectiva de una intervención o cirugía. Por supuesto, a veces es necesario, sobre todo en el caso de miomas uterinos, quistes de gran tamaño y pólipos uterinos.
Carmen López
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