- por Carmen López
La actividad de la Unión Europea ha llevado a la introducción de la etiqueta energética sobre la base de reglamentos y directivas. Como resultado, es posible comparar los mismos aparatos, pero en diferentes categorías de equipos. ¿Qué es exactamente la etiqueta energética? ¿Cuáles son los parámetros más importantes de la etiqueta energética y de qué son responsables? ¿Tiene la clase energética de un producto alguna repercusión en la factura? Las respuestas a estas preguntas se encuentran en el siguiente artículo, que invitamos a leer a todos los lectores interesados.
Índice
¿Qué es la etiqueta energética?
Si tuviéramos que definir las etiquetas energéticas, podríamos concluir que son pegatinas o etiquetas que se pueden encontrar en los artículos del hogar. Son las que nos informan de todos los parámetros técnicos de los aparatos. En base a ellos, podemos comparar las distintas propiedades y tomar una decisión final sobre la compra del electrodoméstico. La etiqueta de eficiencia energética permite calcular cuánta electricidad consumirá un determinado electrodoméstico.
Cabe mencionar que las etiquetas energ éticas son las mismas en todos los países (se aplica a los países de la UE). Este tipo de etiquetado puede encontrarse, por ejemplo, en lavadoras, lavavajillas, frigoríficos, aparatos de aire acondicionado, lámparas, televisores y secadoras. Deben contener información sobre la clase energética del aparato. Este parámetro se marca con letras que van de la A (los aparatos más eficientes) a la G (los menos eficientes).
¿Cómo leer la etiqueta energética?
¿Se pregunta cómo leer las etiquetas energéticas? Estamos aquí para darle una respuesta La clase de eficiencia energética nos informa sobre los siguientes parámetros: rendimiento de la función, consumo de energía, nivel de emisión de ruido, consumo de recursos, clase de eficiencia energética. Dependiendo de las necesidades individuales, otros aspectos pueden ser relevantes para nosotros.
Las etiquetas energéticas de los productos nos indican el consumo anual de electricidad. Este va de la A a la G, como hemos escrito en el párrafo anterior. En el caso de aparatos como televisores y radios, lo más importante es el consumo eléctrico en modo apagado. Este parámetro nos indica cuánta electricidad consume un aparato cuando sólo está en modo de espera (enchufado, sin usar). Merece la pena prestar atención a la etiqueta energética, ya que las afirmaciones publicitarias de ahorro de energía pueden resultar exageradas en la práctica.
Además de contribuir directamente a proteger nuestro medio ambiente, también podremos hacer una elección óptima en lo que respecta a los equipos. Como resultado, las facturas de electricidad pueden reducirse considerablemente. En el caso de los frigoríficos, lo que importa es la capacidad de funcionamiento, que también se indica en la etiqueta. Analizando el consumo anual de electricidad, podemos calcular cuánto pagaremos por ella. Basta con suponer que 1kW supone un gasto de unos 65 céntimos, y multiplicar los respectivos valores entre sí.
Clase de energía y facturas
Para muchas personas, la eficiencia energética es importante por su preocupación por el medio ambiente. Cuando se trata de reducir el consumo de electricidad, este aspecto es especialmente relevante. Sin embargo, la gran mayoría de los clientes prestan atención a este parámetro por el hecho de que existe la posibilidad de ahorrar dinero en las facturas. Pero, ¿es esto realmente cierto?
En primer lugar, debemos ser conscientes del hecho de que el mismo modelo de lavadora con una clase B en lugar de una clase C puede ser definitivamente más caro. Por lo tanto, debemos hacer los cálculos necesarios para saber cuánto tiempo tardaremos en recuperar la inversión. La etiqueta energética nos permitirá sin duda hacerlo. A menudo, el ahorro será sólo una ilusión, porque la diferencia de precio sólo se recuperará al cabo de unos años, cuando llegue el momento de comprar un aparato nuevo.
Carmen López
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